miércoles, 27 de agosto de 2014

Wallada y Lubna

En uno de mis viajes a Córdoba visité  el museo : Casa de Sefarad, Casa de la Memoria, ya haré otra entrada del museo que me pareció esplendido y muy bonito a la vez que didáctico.  En una de sus cinco salas temáticas  hay una dedicada a las Mujeres de Al-Ándalus, en ella hay  una colección de pinturas del cordobés  José Luis Muñoz, dedicada a las mujeres judías , musulmanas y cristianas de Al - Ándalus.

Como mujer andaluza he querido poner el nombre de mi blog de dos de esas mujeres , Wallada la Omeya y Lubna de Córdoba. La primera por su rebeldía ya que cambió la manera de vivir en aquella época de las mujeres y aprovechándose de su posición vivió como quiso no como le marcaban los tiempos. La segunda Lubna de Córdoba, intelectual árabe famosa por sus conocimientos de gramática.

REBELDÍA Y CULTURA  :)  dos cosas esenciales para mi.  Las fotografías son mías , de ahí cuando digo  " blog de fotografías y algo más ":)  




Wallada y Lubna 

Lubna de Córdoba fue secretaria de Alhakén II gran defensor de la cultura.


En la biblioteca de Medina Azahara, Lubna era la encargada reproducir, escribir y traducir muchos manuscritos. 







También ella junto con Hasdai Ibn Shaprut fue la impulsora de la creación de la famosa biblioteca de Medina Azahara.




















Wallada, la última princesa Omeya 







Hija del califa Mustafki, fue la más celebre de las 
poetisas de Al-Álandalus. Abrió un salón para leer poesías en Córdoba donde acudían los poetas de la época, allí conoció a Ibn Zaydún. Su historia de amor y desamor con el también poeta  se convirtió en una leyenda









Yo ¡por Dios! merezco la grandeza
y sigo orgullosa mi camino.
Doy gustosa la mejilla a mi enamorado
y doy mis besos a quien yo elija.
Esto hacía bordar en sus vestidos.








Era una belleza para los cánones de la época: rubia, de piel clara y con los ojos azules, además de inteligente, culta y orgullosa.






Cuando caiga la tarde, espera mi visita, 
pues veo que la noche es quien mejor encubre los secretos; 
siento un amor por ti, que si los astros lo sintiesen 
no brillaría el sol, ni la luna saldría 
y las estrellas no emprenderían su viaje nocturno.


Que Dios riegue la tierra que sea tu morada 
con lluvias abundantes y copiosas.




Cuando caiga la tarde, espera mi visita,
pues veo que la noche es quien mejor encubre los secretos;
siento un amor por ti, que si los astros lo sintiesen
no brillaría el sol, ni la luna saldría
y las estrellas no emprenderían su viaje nocturno.